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Devocional – Olor Agradable
Pasaje clave: Levítico 1.
La ofrenda de los HOLOCAUSTOS.
¿Qué significa holocausto? Significa que la ofrenda es totalmente quemada y, como consecuencia, sube ante Dios el humo de ellas como un olor agradable (esto tiene un sentido espiritual, Dios no respira humo).
Ellos traían como ofrendas vacas, ovejas, cabras o aves y al poner sus manos sobre la ofrenda se identificaban con ella, se unían a ella. Luego el animal era sacrificado y quemado totalmente. El animal se entregaba en sacrificio a Dios en lugar de la persona que lo traía.
¿Sabes cuál es el significado de esta ofrenda para ti y para mí?
Esta ofrenda nos enseña a ENTREGARNOS TOTALMENTE a Dios.
¿Cómo lo hago? Hacerlo es una decisión personal. Acércate a Dios y dile: “Señor, yo quiero consagrarme totalmente a ti. No quiero vivir más para mí mismo. Creo que cuando tú morías en la cruz yo también moría contigo y cuando resucitabas yo también era resucitado. Vive tu vida en mí”.
Esto no es solo una oración y chau, es el comienzo de una nueva relación donde aprendes a vivir para Él y tus egoísmos, debilidades, orgullos comienzan a “quemarse”, a desaparecer y comienzas a experimentar en tu interior la fuerza de la vida de Jesús. Entonces, de ahora en más, antes de aceptar invitaciones, propuestas o cualquier otra cosa, vas a pensar: “Estoy entregado a Dios, pertenezco a Él, ¿es correcto delante de Dios hacer esto o participar de aquello?”. Oraras en tu corazón y le dirás: “Señor quiero hacer solamente lo que te agrade a ti, no lo que hagan mis amigos y ni siquiera lo que yo mismo desee”.
Esta primera ofrenda también simboliza el negarnos a nosotros mismos aceptando lo que Dios quiere en lugar de lo que nosotros queremos. No es fácil negarnos a nosotros mismos. No es fácil dejar de hacer las cosas que quiero para hacer únicamente las que Dios quiere. No es fácil reconocer nuestras equivocaciones y aceptar que Dios tiene razón. No es fácil pensar más en el otro que en mí mismo. Pero entregarte a Dios totalmente es negarte a ti mismo, es como si fueras degollado y dividido. Y cada vez que te entregas totalmente a Dios tu vida es un perfume que a Él le agrada.
Entregarte totalmente a Dios no es encerrarte en la iglesia todos los días de la semana, pero sí es entregarle a Dios tu corazón y tu voluntad todos los días de tu vida.
Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo/Levítico”
Por Edgardo Tosoni
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