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  • Devocionales para el Ministerio Juvenil, Editorial Dinámica - DE.R.EDº

    Aquí va un librazo para los devocionales en células o grupos de jóvenes. Están espectaculares. Fue uno de los libros que más disfruté editar. Hay uno, el de la cruz, que es inolvidable para los chicos. Denle una miradita a ver si coincidimos.

    Si les gustan estos materiales, quédense cerca, viene muchísimo más de la mano de un nuevo emprendimiento llamado DE.R.ED˚.

    Este es un nuevo emprendimiento cultural que no podés dejar de informarte, para saber más, seguí este enlace... Más información sobre DE.R.ED˚

    Abrazo,
    Alex ;)
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  • Divertidos y Creativos, Estudios Bíblicos sobre el Antiguo Testamento


    Este es el primer libro para líderes juveniles que hice. Incluso fue el primer PDF vendido en Editorial Dinámica, hace más de una década, y sigue siendo uno de nuestros libros mas usados. Aquí está para que lo revisen, si lo quieren adquirir tienen la opción de Scribd o búsquenlo aquí en Editorial Dinámica.

    ¡Ánimo! lo mejor está por venir!

    Alex :)
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  • Dar, te multiplica mucho Cuando das, te multiplicas. Mucho.

    Cuenta la leyenda, que Jesús estaba enseñando en el monte, cuando uno de los discípulos le dice: “Maestro, ya se escuchan los grillos, va a comenzar a oscurecer, vayamos a casa; tenemos hambre y estamos cansados…”. El maestro le responde, no son grillos Juan, es el ruido del estómago de la gente que tiene tanto hambre. Han pasado días aquí sin comer. Están que se les pegan las tripas a los pobres.

    Mira, como no quiero que se desmayen en el camino de regreso a casa, “llamá a los muchachos” –lo dijo estilo argentino, mientras se tomaba un mate–, hagan unos sándwiches, una picada con lo “quiaya” y denles de comer. ¡Incluyan a las esposas, las abuelas –ojo que estas comen como lima nueva–, y todos los niños que hayan. De hecho, tráiganlos para que coman primero. Y diciendo esto, Jesús se retiró de la escena como director de película a punto de gritar ¡acción! y rodar un espectáculo en vivo de proporciones bíblicas.

    El discípulo fue caminando hacia el grupo pensando por qué le tocaba siempre a él dar estos mensajes. Llegó, puso su mejor cara de santo, repitió lo que le dijo el maestro y se retiró para no ver cómo se volvían locos los discípulos; no lo podría soportar. Imagino a Pedro gritando.. “Oh, no… ya conozco este mareo, aquí vamos de nuevo…”

    La cosa es que justo pasa un chavito de esos con carita feliz de skype, con 20 peces y 3 docenas de pancitos franceses. O algo así. ¿O menos? Que importa, con la cantidad de gente que había, da igual. En realidad eran un par de panes y tres pejerreyes. Fritos son un espectáculo, y con pancito tostado ni te cuento, le decía Pedro a Judas. El resto de la banda paró la oreja. Mmm… pan tostado, con pejerreyes fritos y unas arepitas, que aquí tenemos paladar internacional, “pensaban al unísono”.

    Lo cierto es que entre el hambre que tenían los discípulos y el improvisado comedor popular que ya juntaba veinte mil personas de pie y esperando dar gracias por los alimentos, al ver el platito con los dos pancitos y los tres pescaditos se decían unos a otros, vamos a morir. Judas estaba super tentado. De risa. Amenazó con llevarse el pescadito a la boca y hacía chistes de comer su última cena porque los iban a matar.

    Jesús hizo sonar sus palmas dos veces para despertar a su gente del sopor y del miedo natural; Pedro, como siempre impulsivo, agarró y comenzó a partir el alimento de un niño en partes iguales entre al menos 12 adultos. Eso alcanzó para un pedacito de pan y otro de igual tamaño de pescado, como cuando “pellizcamos” un poquito para probar algo. Lo cierto es que los discípulos bajaron del monte para enfrentar el hambre de veinte mil comensales con sus dos manos levantadas hacia adelante como sonámbulos. Si mirabas en la puntita de sus dedos se veían los bocadillos.

    Nadie sabe cómo ni en qué momento, pero mientras el discípulo miraba los ojos de aquel que recibía el único alimento que podía ofrecerle, al bajar su vista de nuevo a la canasta, había otro pan y otro pez. Enteros, calentitos y a punto crocante. Y así, sin exagerar, mil veces seguidas. Cada uno de ellos la misma experiencia. Al fin, todos comieron hasta quedar saciados, con un sobrante de varias cestas llenas, rebosantes y apretadas de alimento.

    El conocimiento es el alimento, es el pan de los hombres. No sólo de pan vivirá el hombre, más de toda palabra… ¿Lo recuerda? Las multitudes tienen hambre de conocer y de saber más. ¿Qué hubiera pasado si los discípulos hubiesen comido ese pedacito de pan y de pez? Una de dos: O la multitud los linchaba por mentirosos y estafadores; o lo que es peor, imagínese si el milagro de multiplicación sucedía en sus estómagos y los hacía reventar en pedazos por angurrientos.

    Como autores, publicadores y productores de contenido debemos considerar seriamente si estamos comiéndonos el pan de la gente al cerrar los libros –o cualquier otro tipo de producto, como audio o vídeo– para evitar el acceso a la lectura o a la revisión completa del contenido en línea, en una época en donde el Internet ha cambiado las reglas de juego y nos ha brindado la oportunidad de cumplir nuestra tarea de educar en tiempo récord. Denle de comer a mi pueblo, parece decir el ruego. Agarremos lo poco que tengamos y bajemos del monte a ayudar. ¿Quién baja conmigo? No sea que algunos de nosotros sufra la suerte que los discípulos sabiamente supieron evitar. Esto creer o reventar. Literalmente.

    Si el pueblo perece por falta de conocimiento, entonces el remedio es liberarlo.

    Alex Valdovinos
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  • Media hoja de afeitar al borde del camino Lo que les voy a contar, es lo que me quedé pensando mientras levantaba la media hoja de afeitar (gillette), –antigua y oxidada– que yacía como una bandera de peligro justo a la salida de un lugar lleno de niños en medio de mi vecindario.

    El asunto es qué hacía con eso ahora. Pensé que esta delgada hoja de acero –que fue fabricada con el expreso propósito de cortar– debía ser una de las cosas más molestas de encontrarse en el camino. Si la arrojo a otro lado, es como mudar el peligo a otra dirección. Si la hundo en la tierra, chances hay que esa maldita daga asome la puntita afuera y le haga daño a alguien. ¿Guardarla en el bolsillo? ¿Pero y si me corto? Podría volver a casa… pero ¡Uf! qué pereza tener que regresar solo para eso!

    ¿Pero qué hago? ¡Ya sé! La dejo en el mismo lugar en donde la encontré. Solo debía conformarme a vivir el resto de mi vida como un cobarde, que viendo el peligro, no hice algo al respecto. Y me dije… A ver. ¡Piensa cabecita! Eres director creativo, trabajas en desarollo de nuevos productos hace décadas. ¿De verdad no se te ocurre ninguna idea para quitarme de encima esta maldita cosa que tengo en la mano?

    Esto es peor que tener que disponer de un muerto, pensé. A un muerto al menos sé que debería ponerlo en un ataúd. Ataúd. ¡Eso es! ¡Una caja! Una pequeña. ¡Es todo lo que necesito! Miro a todos lados como buscando al invisible, mientras me escucho a mí mismo repitiendo caja… ¡DONDE ESTA LA CAJA, POR DIOS! En el garage de tu casa, –me dijo esa voz de madre que todos llevamos dentro. Tendrás que devolverte y perderás tu tiempo… pero harás el bien.

    Lo cierto es que tuve que regresar a la casa, entrar al garage, buscar una cajita, que nunca encontré, pasar a la cocina y abrir el tacho de basura. Revisando encontré uno de esos envases de fresas del supermercado Publix –”de esos transparentes vistes”– y habían varias fresas que pude describir como… bueno, re podridas.

    Pero claro, no podía arrojar así no más al demoníaco objeto, porque qué tal si al pobre inocente que me viene a servir y llevarse mi basura, le termino agradeciendo con un corte tipo tajo en el dedo. Así que ¡chump! Inserté la :@ media hoja filosa dentro de la fruta podrida. Cerré el envase. Luego cerré el cesto de basura y la puerta del aparador en donde reside el cesto, y me fuí.

    Pensé en primer lugar que el que arrojó ese acero letal a la calle es un verdadero iresponsable; y que a veces son estas mismas personas las que están al frente de gigantes corporativos que hacen lo mismo en gran escala. Sin embargo comprobé que a veces hay que seguir el camino más largo si uno espera ser bien recordado por la comunidad en donde uno vive y negocia.

    Ser recordado es vender más. Tristemente muchos mal llamados negocios internacionales prefieren seguir arrojando sus desperdicios industriales en zonas donde vive la gente, porque es más económico para ellos; y luego queman millones de dolares en publicidad para limpiar su imagen. En esta nueva economía de mercado social si usted desea ser recordado por la gente que lo rodea y vender más, haga algo por la gente que sea inolvidable. Haga un acto de amor.

    Alex
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  • Gracia ante Todo
    Cuando cometes un error y luego cometes un pecado te sientes mal, con culpa, desanimado, luego te arrepientes, pides perdón y Dios te perdona y la muestra de eso, es esa PAZ inigualable, incomparable. Pero a la semana o mejor dicho al día siguiente nuevamente caes en ese mismo pecado, te preguntas ¿Qué me pasa? ¿Qué sucede? ¿Por qué no puedo dejar de pecar? ¿Será que Dios me perdonará ahora?, y tus respuestas muchas veces son; creo que fui muy lejos, ahora ni me acerco a pedirle perdón, ni leeré la Biblia, ya que me siento sucio y no tengo cara para estar ante él. Ahora se que le he defraudado. El pecado no tiene categoría, blanco, rojo, azul, etc. Pecado es rebelión, es transgredir lo que Dios dice, es desobedecer su voluntad. No quiero juzgarte, ni mucho menos hacerte pasar por un mal momento. Pues eso sucede con el pecado te aparta de Dios y te aleja. Y no te sientes capaz ni muchos menos digno de acercarte a él.

    El amor de Dios va mucha mas allá, él TE AMA TANTO QUE NO NEGO ENVIAR A SU UNICO HIJO PARA MORIR POR TUS PECADOS. Sabes, sé que no es fácil entender muchas veces la gracia de Dios, es una gracia escandalosa, nuestro razonamiento humano dice: No creo que Dios me perdone!!!, es difícil que lo haga hice mucho daño e hice tantas cosas malas. No hay perdón para mi dices en tu interior.

    Palabras Sabias: En que siendo aun pecadores Cristo murió por nuestros pecados.

    Lo que quiero decirte es que no menosprecies el amor y sacrificio que Cristo Jesús hizo en la cruz hace ya más de 2000mil años, el te perdona no importa en que situación te encuentres, es cierto tu y yo no somos dignos, y es por eso mismo ya que él es digno de merecer toda honra y gloria por el sacrificio que hizo por nosotros sólo debemos acercarnos a él (Cristo) confiadamente sabiendo que hallaremos gracia ante todo.

    Reflexión:
    ¿Rechazarás el amor de Dios o te Acercarás hoy mismo a Cristo confiadamente y reconocerás que puedes hallar perdón si hoy te arrepientes?

    Oración:
    Dios, tengo muchos errores y he pecado contra ti, perdóname de todo pecado, ya no quiero volver atrás, mi deseo es seguirte a ti y esperar en tu amor, gracias por perdón y misericordia pon en mi un espíritu recto y un corazón limpio. En Cristo Jesús, Amen.
    Percy Nina
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